Elementos tóxicos y metales pesados
Se considera elementos tóxicos a los que no tienen ninguna función vital en el organismo y no deben estar presentes en él
No se pueden anular de nuestra vida, pero influyen en nuestra salud. Una acumulación pro la emisión de toxinas, los artículos de uso diario, cargas en el lugar de trabajo, alimentación y agua conllevan una carga oculta de esas toxinas.
Los elementos venenosos más frecuentes que acceden al organismo por el entorno son arsénico, plomo, cadmio, mercurio y aluminio. Estudios han descubierto que ya una carga tóxica baja puede ocasionar daños genéticos a los seres vivos.
Un resultado “normal” de los exámenes (sangre total, suero sanguíneo) no garantiza que no haya algún depósito de arsénico, plomo, cadmio, mercurio, aluminio etc. en el organismo. Con mecanismos homeostáticos, vitales los elementos tóxicos se expulsan relativamente rápido de la sangre.
Que no se encuentren valores demasiado altos en la sangre solo se debe a una desviación de compartimentos (sedimentos en el tejido). La modalidad actual para detectar los depósitos de metales pesados es la determinación en el pelo o un test de orina expulsada con formadores de quelato.
Si se toman elementos de forma ciega, sin la anamnesis alimenticia ni determinar los trastornos, todos los sistemas enzimáticos (metabolismo, enzimas, hormonas, etc.), que funcionan normalmente sin el complemento de dichas sustancias vitales entran en desequilibrio y expulsan los metales interactivos o bien los antagónicos.
Los valores límite para elementos tóxicos pueden y deben ser solo referencias, pues los resultados individuales fuera de una observación de todo el organismo conllevarían interpretaciones falsas.
Una carga tóxica ínfima ya puede conllevar modificaciones en el metabolismo. ¡No hay ningún no effect level!
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